lunes, 10 de febrero de 2020

No me siento atajado

Esgrimista anónimo:

Querido Francis, te escribo estas líneas porque me invade el desánimo, no me siento atajado por mis compañeros esgrimistas en clase, cuando me atajan no me siento sujeto ni privado, creo que me ignoran y no confían en destreza. Pero estoy al borde de cortarme las venas con un arma negra.
  
   Firmado Turpin

Francis de Abarca y Montoya:

Querido Turpin, no se lo debes de tener en cuenta a tus compañeros, no sentirse atajado nos ha pasado a todos alguna vez, no debes de darle importancia, volverán los atajos vigorosos cuando menos te lo esperes. Son situaciones temporales de oponente, a veces por de flacidez de brazo (a quién no le ha pasado) su extremo se queda agudo, otras es exceso de consumo de algunos fármacos hace su posición obtusa irremediablemente. En ambos casos, la sujección no firme, no desesperes, seguro que la semana próxima te hacen una atajo bien sujeto.
  
   Tuyo siempre, Francis.

Hoy conocí a un esgrimista zurdo

Esgrimista anónimo:

Querido Francis, hoy he conocido a un esgrimista que usaba la mano siniestra. No sabía como comportarme, estaba nervioso, mis gestos eran extraños, como si tartamudeara con el cuerpo, me sentía torpe.
No quisiera herir sus sentimientos, tal vez se ha pensado que estaba enamorado, y ahora no sé como explicárselo sin herirle el corazón.

  Firmado, Siniestreza

Francis de Abarca y Montoya:

Querido Siniestreza, no te debes sentir mal, los zurdos están acostumbrados a que nos comportemos así, no te debes de preocupar. Dentro de unos pocos asaltos te habrá enarcado vienteveces por tu exterior, y ese amor incipiente se convertirá en odio fraterno, y tus titubeos de ahora serán cuchilladas firmes.
Todos hemos pasado por ello.

  Tuyo siempre, Francis.